mi hermano

Beto es 8 años mayor que yo, era flacucho y yo una guagua regordeta. la mayoria de mi infancia se sustenta en los recuerdos de las cosas que hacíamos juntos, o mas bien que él me invitaba a hacer con el. Una vez encontramos un pajaro muerto, yo no entendía porque no se movía, pesaba que era una extraño objeto que se parecía a un pajaro, lo enterramos en el jardín. Otra vez me dijo que ibamos a armar un volantín, era lo mas hermoso que yo había visto y hecho nunca, no me acuerdo si voló, en mi memoria voló hasta el sol. Un día de sol saco todos mis muñecos al jardín. Me puso en medio, debo haber tenido 3 años, y tomo una foto, aún la guardo pretty close to my chest. Mi mayor aventura de infancia fue cuando me dijo que subiríamos el Cerro San Cristobal para llegar al zoologico por detrás, vivíamos a pocas cuadras, caminamos y comenzamos a subir por una ladera de piedra, en algun momento algo salió mal, o yo era muy chica, o muy torpe, y no pude seguir, estaba asustada, nos rescataron unos obreros que con sus chuzos nos ayudaron a trepar. Ese dia el Beto era para mi una especie de Indiana Jones. El no vivía con nosotros en la casa, venía solo los fines de semana y yo esperaba esos días ansiosa. Ya mas grandes me llevaba a patinar, yo sabía que era la excusa para poder juntarse con sus amigos en la cancha, pero era feliz de servirle de algo, solo tenerlo cerca me producía una sensacion de calma y alegría. Cuado el tenía unos 16, en su pieza descubrí el collage, y el sonido de la guitarra. No estaba mucho en la casa, y terminó iendose definitivamente a vivir con una tía paterna. La primera vez que lo visité allí, su tía ya habia muerto y mi hermana y otro hermano se habian ido a vivir al mismo lugar. El tenia una enorme roca en el medio de su pieza, para tropezarse respondió cuando le pregunte la razón. Poco tiempo despues se casó y tuvo un niño, en el que prolongué mi amor incondicional, su solo nombre todavia me produce mucha ternura, Pascual. Pasé en esa casa los mejores fines de semana de adolescencia, era mágica. Uno comía cosas hermosas, descubrí sabores totalmente desconocidos para mí ahí, ciboulette, champiñones, ostras, aceto balsamico, sin duda las raíces de mi busqueda culinaria se nutrieron en esa casa. Su mujer era mi nueva hermana, la amaba igual que a él, sin condiciones, aún la quiero mucho. Seguramente ella nunca supo la magnitud del refugio que me dio las veces que me quedé a dormir ahí. El tono en la casa era siempre surrealista, nunca nada seriote ocurría ahí, todo estaba cargado de una pasión chispeante y humeda, era un constante goce. La Farandula, la cocker de la casa, era el perfecto reflejo de eso. Una noche en un asado, Pascual me tomo de la mano y me mostro las estrellas, tenia unos 4 años. Su visabuela habia muerto hace poco, ella usaba un bastón y tenía una personalidad cautivadora, Pascual me mostró las estrellas y me dijo que eran hoyitos que su abuela hacia en el cielo con su bastón y por ahí se colaba la luz del sol. Su divorcio fue duro para mí, pero no dudé un segundo en acompañar a mi hermano, yo tenia que estar con él, y eso hice. Me colé en su vida, esperando servirle, pero me temo que fue más lo que eél me ayudo a mí en ese tiempo. Ni lo dude cuando hubo que elgir que estudiar, mi hermano era artista, lo mismo quería yo. El fue hasta entonces mi ventana, mi alternativa, mi escape. Ya en la escuela, las opciones se me abrieron y mi camino se distanció de el. El día en que él mismo me lo hizo ver es todavia espinoso en mi memoria. En los trece años que han pasado pasé por momentos de rabia, él no ayudo mucho con algunas de sus actitudes y pendejadas. Hoy mi amor de niña esta intacto, por él y solo por él soy capaz de mucho, y por eso sigo esperandolo. No quiero el final de Straight Story, a veces me dan ganas de ir a zamarrearlo un poco...pero no, él es mi hermano, es mayor que yo, mi lugar es aquí, esperandolo. La misma historia que nos une nos distancia, y solo puedo esperar que nos vuelva a juntar.